FOTOGRAFÍA TOMADA POR:
Fernando Emilio Saavedra Palma.
De la REVISTA “TEMAS”
Fotocolor de TEMAS.
VICENTE FERNANDEZ
ENTREVISTA A CORAZON ABIERTO…
Por: Juan Cervera Sanchís.
Vicente (Chente para los amigos)
Fernández, vino al mundo el 17 de febrero de 19… Según nos dice, se le
olvidaron los dos últimos guarismos. Y
es que a cierta edad, todos perdemos un
poquito de memoria en cuanto a eso de la fecha de nacimiento. Es
natural. El lugar de nacimiento de Chente fue Huentitán, Jalisco.
“Ahí –nos dice entornando los ojos-
huele a yerba y a caballos, a surco y a sol”.
-¿Y cómo fue tu infancia?
“Te diré. Mi padre ere un rico ganadero.
Pero se le torcieron las cosas y acabó en la ruina. Esto lo hizo emigrar de
aquella bella tierra. Con el deseo de rehacer su economía, nos llevó a Tijuana.
Con lo poco que había salvado del naufragio, adquirió un lote de zapatos en
León, y yo, de ser hijo de ganadero acomodado, pasé a ser un jovencito que
vendía zapatos en las vecindades”.
-Duro, ¿verdad?
“Hombre, ya puedes imaginarte. Yo a los
13 años de edad en Jalisco tenía un carro en mis manos y a los 14 tuve que
vender zapatos y manejar el pico y la pala…”
-Tremendo cambio…
“Mira, se me fueron todas las ilusiones
a tierra. Sufría, más que por mí. Por mis padres y mis hermanas. Nada hay peor
que haber sido rico y luego pobre. Es espantoso haberlo tenido todo y, de
repente, verte sin nada y con las manos vacías. Eso le pasó a mi padre y a
todos nosotros”.
-¿¡Y…!?
¨Pues hombre, que había que fajarse y seguir adelante. Arañarle los
ojos a la vida y seguir en la pelea. A un golpe hay que responder con otro…Traté
de ayudar a la familia. Era mi deber. Hice de todo para llevar unos centavos a
la casa…”.
-De todo…, ¿hasta qué?
“Bueno, recuerdo que en Tijuana lavé un
taxis sin que me lo pidieran y le decía a los taxistas: Oye, si te gusta cómo
te lo dejo me das lo que puedas. Y así me iba defendiendo”.
-Y ¿por qué fechas fue esto, Chente?
“Fue por el año de 1955…Era yo un
jovencito”.
-Y cómo te iniciaste en la vida
artística?
“Allí, en Tijuana, me picó la víbora de
lo artístico. Yo cantaba, me gustaba mucho cantar y tenía mis sueños como todo
joven en este mundo. Así que un día llamé a la puerta de la XEX, una radiodifusora
local. Allí conducía un programa Joaquín Díaz Croche, un programa que se
llamaba “Leche de Vaquita”.
-¿Cómo…?
“Sí, hombre, “Leche de Vaquita”… Ahí
había un concurso para aficionados y le entré. ¡Pero con muy mala suerte!”
-¿Por qué?
“Hombre, resultó que cuando yo empezaba
a cantar, alguien me hizo reír con un chiste gritando y me dio, pero en serio,
pues me tocaron la campana y eso fue para mí una gran frustración. De veras que
me vine al suelo; me sentí deshecho”.
¿Y cómo reaccionaste?
“Pues te diré…Yo no bebo, pero estaba
tan mal, que me salí de allí y me puse hasta el gorro. Fue la primera
borrachera de mi vida”.
-¿Era para tanto?
“Es que yo pensaba en mi madre y me
decía a mí mismo: Le fallé, le fallé… Y se me salían las lágrimas. Pero fue por
aquello que me metí entre ceja y ceja el ser artista. Me lo juré a mí mismo y
pensé que triunfaría y le regalaría un palacio a mi madre y un rancho con
muchas vacas a mi padre…
Desde entonces, supe que sería cantante”.
-¿Y qué hiciste para crecer y ser?
“Comprendí que en Tijuana no sería
posible avanzar; allí los horizontes eran estrechos. Le comuniqué a mis padres
que me iba a Guadalajara en busca de nuevas posibilidades”.
-¿Qué te dijeron ellos?
“Los padres lo quieren a uno siempre cerca
de ellos. Los míos, como todos hubieran querido que me quedara, pero me comprendieron
y me dejaron ir”.
-¿Qué edad tenías ya?
“Dieciocho años”.
-¿Qué pasó en Guadalajara?
“Allí estaba mi tío Chacho, que tenía un
restaurante típico. Llegué con él y me dio trabajo como cajero. Pero la verdad
es que me aburría mucho detrás de la caja. Fue por eso que solicité a mi tía
que me permitiera trabajar de mesero que era, según yo, más divertido. Además,
estaban las propinas. Ya de mesero, preguntaba a los clientes si querían que
cantara y me di cuenta que les gustaba como lo hacía y las propinas eran
mayores. Un día, sin más, le dije a mi tío Chacho: Ya no quiero esto, me voy… Y
me fui”.
-¿A dónde…?
“Pues, me fui al Canal 6 de TV en
Guadalajara, donde había un programa que se llamaba “Buscando estrellas para la
TV”.
-¿Y qué pasó?
“Fue muy curioso. Te lo cuento. La
secretaria que tomaba los datos de los aficionados, me dijo: Venga usted dentro
de tres meses, pues por ahora no hay cupo. Esto me heló la sangre. Pero mi
reacción inmediata fue decirle: Imposible, señorita…Necesito cantar hoy mismo…Y
le conté una historia: Que mi madre debía 200 pesos de arriendo y yo le había
prometido que participaría en el concurso y ganaría. Conmoví profundamente a la
secretaria y con gran generosidad me puso en la lista. Fue un milagro. Y lo
recuerdo ahora como si hubiera sido ayer. Lo tengo más presente que mi última
intervención en “Mala Noche… ¡No! con Verónica. Me acuerdo que a la hora de
cantar me preguntaron: ¡Qué canción interpretará usted?
Y yo les dije: “Estoy a punto de llorar”.
Así se llamaba la canción.
-¿Qué más pasó aquel milagroso día en
Guadalajara?
“Bueno, yo me acompañaba con mi
guitarrita. Y ahí, en vez de campana había un tipo vestido de diablo con un
tridente y perseguía a los que cantaban mal. Recuerdo que el locutor me
preguntó: Y no tienes miedo que el diablo te persiga con el tridente? A lo que
le contesté: Si se me arrima le doy con la guitarra en la cabeza…Esto hizo que
el público lanzara una gran carcajada. Desde antes de cantar, ya me lo había
ganado. Y tener desde el principio su simpatía, es gran ganancia”.
-¿Y cómo estuvo la cosa?
“De milagro. Canté. Llegó el momento de
los premios. Yo estaba rechinando los dientes de nervios. Vocearon el tercer
lugar. No era yo. Vocearon el segundo. Y entonces me dije para mis adentros:
Chente, ahora sí te llevó el diablo. El mundo se vino abajo. Un nudo en la
garganta me impedía casi respirar. Y eso andaba, ya casi vendido y convencido
de mi fracaso, cuando se voceó el primer lugar y oí gritar mi nombre. Nunca en
mi vida había sentido tanta felicidad, ni nunca después he sentido algo igual.
Lloré, reí…Estaba en otro mundo. Eso fue la gloria”.
-¿Y qué más hubo aquel día Chente?
“Pues, tras vocearme como triunfador, me
entregaron cuatrocientos pesos de aquellos con los que yo me sentí el hombre
más rico del planeta. Y me decía para mis adentros: Ahora sí, Chente, ahora sí
no hay quien te pare. ¡Serás cantante!”
-¿Recuerdas el nombre del locutor?
“¡Cómo no! Ignacio Cárdenas Gálvez era
uno de ellos, y ahora es mi compadre. El otro fue Rafael Saavedra Mercado, y no
olvido al productor, Rafael García, ya fallecido, y que en paz descanse, pues
fue él quien prácticamente me descubrió. Gracias a Rafael García, al que jamás
olvidaré, dejé de ser aficionado. Entré en la TV tapatía como profesional.
Pensaba en los 400 pesos del concurso e imaginé que como profesional ganaría
por lo menos mil, pero recibí una gran sorpresa: Ganaras 37 pesos por programa,
e hice ocho programas de “La calandria musical”, que fue extraordinario para
mí, pues fui conocido en Guadalajara, y los horizontes se abrieron poco a poco.
Y, de ahí para el real. Aquí me tienes…Aunque…”
FOTOGRAFÍA TOMADA POR:
Fernando Emilio Saavedra Palma.
De la REVISTA “TEMAS”
Fotocolor de TEMAS.
VICENTE FERNANDEZ
EL GRAN CANTANTE CHARRO DE HUENTITAN,
JALISCO, MEXICO.
-¿Aunque…qué?
Cuéntanos…
“Pues,
que no hay éxito sin dolor. Que una alegría trae una tristeza. Recuerdo que fue
también entonces cuando los médicos descubrieron que mi madre tenía cáncer en
un pecho. Yo ganaba ya para entonces, mil pesos diarios. Todos fueron para la
curación imposible de mi madre. Me iba al hospital donde le daban radiaciones
de cobalto y la tenía que dejar para irme a cantar y pagar todo aquello…Fueron
días muy amargos…”
-Cambiemos
de tema Chente; ¿qué es la guitarra para ti?
“Un
universo, todo un universo, como la mujer. Mira, la guitarra viene siendo el
equivalente de una mujer en la soledad. Si la miras bien, verás que tiene
busto, cintura, caderas…y, aparte de eso, se le pueden sacar unas notas y darle
vida a una canción. Es una gran compañía en las noches de soledad…; es como el
hombro de un viejo amigo, de un amigo fiel y verdadero, que cada vez hay menos
en este mundo, sobre el que podemos llorar sin que corramos el riesgo de que
revele a nadie nuestras debilidades. Sí, la guitarra es un Universo y en el
universo cabe todo”.
-¿Y
la mujer?
“Es
lo más sagrado que existe;
Todos
venimos del vientre de una mujer. Yo pienso que la mujer es tan fuerte, o más,
que el hombre y, sin duda, mucho más valiente que éste. Este mundo está poblado
gracias a la valentía femenina. Bendita sea la mujer, dadora de la vida, pues
si los hombres pudiéramos tener hijos, solamente tendríamos el primero…; el
segundo, ni maíz…pues nos faltaría el
valor para ello”.
Y
aquí dimos por terminada esta charla entrevista con el gran Chente Fernández
que, con emoción, nos relató los inicios de su brillante carrera artística.
FOTOGRAFÍA TOMADA POR: Fernando Emilio Saavedra Palma.
De la REVISTA “TEMAS” PORTADA Vicente Fernández Fotocolor de TEMAS.
ORGULLO DE MEXICO VICENTE
FERNANDEZ.
REVISTA “TEMAS” NUEVA YORK
PORTADA Vicente Fernández
Foto-color de TEMAS.
Mayo 30, 1989.
Vicente
Fernández Gómez (born February 17, 1940) is a Mexican
singer, producer and actor. Known as Chente or El rey de la canción
ranchera (The king of ranchera music) throughout the Latin world, Vicente
Fernández, who started his career singing for tips on the street, has become a
cultural icon, recording more than 50 albums and contributing to many movies.
He is the father of the popular singer Alejandro Fernández and Vicente Fernandez Jr.
Although less well known to English-speaking audiences, he has consistently
filled stadiums and venues throughout his 35-plus years of performing. His
repertoire is pure ranchera, a style described by the Miami
Herald as representing "the Mexico of old – a way of life
romanticized by rural ranches, revolution, and philandering caballeros".
He has sold over 65 million copies worldwide.[1]
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