FOTOGRAFÍA TOMADA
POR: Fernando Emilio Saavedra Palma.
“JUEGOS DE ALQUIMIA”
libro de Juan Cervera Sanchís.
Editado en el GOBIERNO DEL ESTADO DE MEXICO.
GOBERNADOR
Jorge Jiménez Cantú
SECRETARIO GENERAL
Juan Monroy Pérez
OFICIAL MAYOR
José Antonio Muñoz Samayoa
DIRECTOR DE HACIENDA
Román Ferrat Solá
DIRECTOR DEL PATRIMONIO CULTURAL Y ARTISTICO
Mario Colín.
Toluca, Estado de México 1976.
“Juegos de Alquimia” por:
Tomás
Mojarro.
Tomás Mojarro Medina El Valedor (Jalpa Mineral, Zacatecas, 21
de septiembre de 1932)
es un escritor
mexicano y periodista de
oficio, intelectual de izquierda, comprometido con causas sociales. En México
«valedor» es sinónimo coloquial de amigo.
FOTOGRAFÍA TOMADA
POR: Fernando Emilio Saavedra Palma.
PERIODICO
OVACIONES
DE LA TARDE, AÑO DE 1975.
“¡Ay, quién pudiera de nuevo
tener patria en el olvido”.
(Permitaseme empezar hablando entre
paréntesis y sobre asuntos de coincidencias: ahora pronto me acaban de llegar,
a un tiempo, la noticia de la cancelación de relaciones diplomáticas entre México
y la España del exilio, y la voz poética de uno de los trasterrados: Juan
Cervera Sanchís. Es curioso pero ha sido hasta ahora, al enterarme de que se
terminaron tales ligas diplomáticas, en este caso las menos significativas,
cuando apenas –a penas- tomo conciencia de que durante décadas hemos convivido
naturales y extraños, tan extraños que ahora se han roto vínculos entre unos y
otros. Pero…¿extraños? ¿Algo se ha roto entre nosotros? ¿Cómo, si somos gente
del mismo pelo unos y otros? Esto mismo lo acabo de comprobar leyendo la poesía
de Juan Cervera Sanchís, mestiza de dos sangres, trenza que no admite despego.)
“Soy tierra trasmutada.
¿Qué más se puede ser?”
Acabo de recibir dos libros de Juan
Cervera Sanchís. Son poesía los dos. Uno de ellos se titula Inventando el olvido; el otro lleva un
rumbo mucho más afortunado, por que se libró del gerundio: Juegos de Alquimia.
El primero es de la colección “Candil”; el segundo, de la “Poesía”,
perteneciente a la Serie Joaquín Arcadio Pagaza.
No conozco obra anterior de Cervera.
Apenas me inicio con esta poesía sustantiva, toda sustancia, que el poeta
andaluz ha tramado a la medida de la nostalgia por una tierra que dejó atrás
(aunque sospecho que más bien se le vino en sucesión de paisajes interiores que
se alcanzan a columbrar entre verso y verso) y a punta de asombros y
encandilamientos ante un universo de adopción que se le vuelve cada vez más
propio conforme lo va aprehendiendo de memoria en el poema.
“Mi nostalgia sin fin de
Andalucia.
Y, entre azúcar y agua, mi sed
vuela
en alta y mexicana compañía”.
Así es: por dondequiera que abra usted
cualquiera de los dos libros, se va a topar con una sucesión de vivencias
atrapadas a flor de nostalgia, cuando “las jaulas de mi memoria/ se iluminan de
canarios”. Entonces el poeta se regodea, se va refocilando con elementos de la
vista y del olfato muy de la querencia de los poetas de Andalucia: el toronjil
y otras yerbas, todas de aroma, todas de patio, y zaguán, y alimento, como son
el esparraguillo, el poleo, la mejorana, el romero y la malvaluisa…
“El horno de mi memoria
Era un bosque de ascua viva…”
Ahí están presentes la reminiscencia y
el regodeo olfativo, memorioso y templado de tristuras, así en el recuerdo de
la madre ausente como del abuelo difunto, “aquel precioso abuelo/ tan real por
ser soñado”.
Recuerdos de ríos que cruzan la sierra –Sierra
Morena- , de los aromas del hogar. Pero al propio tiempo la sensibilidad del
poeta vulnerase ante la nueva geografía, ante los paisajes de la altiplanicie
mexicana, a la vista de picachos, calveros y roquedades de la región zacatecana.
Y allá se va Cervera, gozador de paisajes, y no tiene para cuando acabar.
“Fresnillo, Sombrerete, Pinos,
Jerez… Los pueblos
Y me pierdo y me encuentro y
averiguo
aquel nombre que tuve en otro
tiempo”.
Pero… ha de ser mi propio
encandilamiento por la manera en que Juan toma de asuntos barrancas y hondones
de mi tierra zacatecana, pero lo cierto es que percibo como más grave, grávida
y visceral la voz del poeta cuando se va zanqueando tras la interminable
andadura de nuestros poetas indígenas, y se va apropiando ingredientes tales
como la flauta y el jade, el colibrí y la garza, la flor y el canto, y la
guerra florida. Entonces como que cambia de tono su voz, y se identifica con
los nuevos símbolos, sin por ello abandonar el retintín y el jugueteo amargoso
de la raíz andaluza. Y es que de repente no sabe usted si en este o aquel verso
predominan presencias de la tierra propia o de la tierra de adopción. Hay
resonancias en las que se creería entre oír el tono y el son gratos a Lorca y a
Machado, el Prados de Mínima muerte o a ese Garfias desventurado y entrañudo de
Primavera en Eaton Hastings. Y de repente…
“¡Sí nunca amaneciera!
Pero siempre amanece.”
Y de repente ocurre que Cervera se ha
encandilado con los lomeríos de la tierra de Tata Goitia y Ramón López Velarde.
Que se pone a sentir esas regiones ásperas y lumbrosas del Cañon de Juchipila,
de esos pueblos remotos que el poeta se solaza en mentar; nombres de puntos que
Cervera recorre en romería poética bajo la advocación del poeta de Jerez.
Porque mire, uno dijo: “cingulo morado de los atardeceres”, y el otro: “leves
cirros violetas”. Uno adjetivó con sustantivo: “cintura música”, y el otro: “niño
juego”. “Quiero raptarte en la cuaresma opaca”, decía uno, y el otro: “arriero
con novia en Villanueva”. Cal, calificando; nostálgica amarillez, uva mística.
Alcancía, alcancía…Porque ya lo aclara uno de ellos, Cervera:
“Si, No son mías las palabras.
Yo sé que las palabras son de
todos,
Pero me pertenecen el orden y
el desorden;
La manera de amalas y
sentirlas;
El modo de sembrarlas para poner
en claro los misterios…”
(Misterios como éste, Juan: ¿qué clase
de ligas se han roto entre tú y los demás zacatecanos? Poeta, ¿qué dices…?)
FOTOGRAFÍA
TOMADA POR: Fernando Emilio Saavedra Palma.
SERIE JOAQUÍN ARCADIO PAGAZA
COLECCIÓN POESIA.
¿VIVO? ¿SUEÑO?
¿Vivo? ¿Sueño? ¿Será esto poesía?
En México el invierno es primavera,
Y andaluza mi alma a la manera
De una tarde de mayo en Almería.
Estoy en Xochimilco y, se diría
Que estoy, Guadalquivir, en tu rivera.
Más pienso en Veracruz y una palmera
De Málaga de sombra a la ser mía.
Digo Campeche, Cádiz, Huelva,… Alada
Digo de Zacatecas. Verde oliva,
Para decir Jaén. Digo estrellada
Noche infin de Toluca. El agua viva
Del Xinantecatl me habla de Granada
Y, mezquita y alcázar, me cautiva.
FOTOGRAFÍA
TOMADA POR: Fernando Emilio Saavedra Palma.
GOBIERNO DEL ESTADO DE MEXICO.
AHUEHUETE
Ahuehuete
Cuando yo esté muerto, tú
Aún cantarás en lo verde
Y, a tu espesa y ancha sombra,
Habrá parejas rientes
De enamorados jugando
Al niño juego de siempre.
Ahuehuete,
Mi alma, esta tarde azul
De diciembre,
Canta hecha luz en tus ramas
Mientras mi carne obscurece
Comida por los recuerdos,
Ahuehuete,
De un patio, de un limonero,
De un pozo envuelto en claveles,
De un jazmín, de un sicomoro,
De un pueblo de cal celeste
De Andalucía,
Ahuehuete,
Pues ya sé que es mexicana
La noche infin de mi suerte.
ALQUIMIA
Y moriré mañana
Igual que nací ayer,
Y volveré a ser tierra
Común bajo tus pies.
Soy tierra trasmutada
¿Qué más se puede ser?
FOTOGRAFÍA
TOMADA POR: Fernando Emilio Saavedra Palma.
CONTRAPORTADA DEL LIBRO
JUEGOS DE ALQUIMIA
FOTOGRAFÍA TOMADA POR: Fernando Emilio Saavedra Palma.
COSAS DEL MEDIO Escribe: SERNA, DEL PERIODICO ESTADIO
del día 20 de diciembre de 1976.
Juan Cervera Sanchís sigue fungiendo
como jefe de prensa de canal 13, pero alterna su tiempo con la actividad de escritor
y poeta.
(Al pie de la fotografía de Juan Cervera Sanchís, en las
instalaciones del canal 13)
Ahora Cervera, quien sigue fungiendo
hasta el momento como jefe de prensa de canal 13, combina el tecleo informativo
con el poema. Si. Cervera es un estupendo autor y tiene varios títulos circulando
en las librerías, como es el caso de “Juegos de Alquimia” e “Inventando el
Olvido”, el primero de ellos es editado por el Gobierno del Estado de México.
(NOTA: en la sección de Cosas del Medio.)
LES RECUERDO que soy CERVERISTA y Juan Cervera Sanchís, tiene más de 60
años escribiendo poesía… Un halago para la HUMANIDAD.
Fernando
Emilio Saavedra Palma.
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