martes, 25 de septiembre de 2012

VICENTE FERNANDEZ ENTREVISTA A CORAZON ABIERTO… Por: Juan Cervera Sanchís.


FOTOGRAFÍA TOMADA POR: Fernando Emilio Saavedra Palma.
De la REVISTA “TEMAS” Fotocolor de TEMAS.
VICENTE FERNANDEZ
ENTREVISTA A CORAZON ABIERTO…
Por: Juan Cervera Sanchís.
 
 
Vicente (Chente para los amigos) Fernández, vino al mundo el 17 de febrero de 19… Según nos dice, se le olvidaron los dos últimos guarismos. Y  es que a cierta edad, todos perdemos un  poquito de memoria en cuanto a eso de la fecha de nacimiento. Es natural. El lugar de nacimiento de Chente fue Huentitán, Jalisco.
“Ahí –nos dice entornando los ojos- huele a yerba y a caballos, a surco y a sol”.
-¿Y cómo fue tu infancia?
“Te diré. Mi padre ere un rico ganadero. Pero se le torcieron las cosas y acabó en la ruina. Esto lo hizo emigrar de aquella bella tierra. Con el deseo de rehacer su economía, nos llevó a Tijuana. Con lo poco que había salvado del naufragio, adquirió un lote de zapatos en León, y yo, de ser hijo de ganadero acomodado, pasé a ser un jovencito que vendía zapatos en las vecindades”.
-Duro, ¿verdad?
“Hombre, ya puedes imaginarte. Yo a los 13 años de edad en Jalisco tenía un carro en mis manos y a los 14 tuve que vender zapatos y manejar el pico y la pala…”
-Tremendo cambio…
“Mira, se me fueron todas las ilusiones a tierra. Sufría, más que por mí. Por mis padres y mis hermanas. Nada hay peor que haber sido rico y luego pobre. Es espantoso haberlo tenido todo y, de repente, verte sin nada y con las manos vacías. Eso le pasó a mi padre y a todos nosotros”.
-¿¡Y…!?
¨Pues hombre, que había que fajarse y seguir adelante. Arañarle los ojos a la vida y seguir en la pelea. A un golpe hay que responder con otro…Traté de ayudar a la familia. Era mi deber. Hice de todo para llevar unos centavos a la casa…”.
-De todo…, ¿hasta qué?
“Bueno, recuerdo que en Tijuana lavé un taxis sin que me lo pidieran y le decía a los taxistas: Oye, si te gusta cómo te lo dejo me das lo que puedas. Y así me iba defendiendo”.
-Y ¿por qué fechas fue esto, Chente?
“Fue por el año de 1955…Era yo un jovencito”.
-Y cómo te iniciaste en la vida artística?
“Allí, en Tijuana, me picó la víbora de lo artístico. Yo cantaba, me gustaba mucho cantar y tenía mis sueños como todo joven en este mundo. Así que un día llamé a la puerta de la XEX, una radiodifusora local. Allí conducía un programa Joaquín Díaz Croche, un programa que se llamaba “Leche de Vaquita”.
-¿Cómo…?
“Sí, hombre, “Leche de Vaquita”… Ahí había un concurso para aficionados y le entré. ¡Pero con muy mala suerte!”
-¿Por qué?
“Hombre, resultó que cuando yo empezaba a cantar, alguien me hizo reír con un chiste gritando y me dio, pero en serio, pues me tocaron la campana y eso fue para mí una gran frustración. De veras que me vine al suelo; me sentí deshecho”.
¿Y cómo reaccionaste?
“Pues te diré…Yo no bebo, pero estaba tan mal, que me salí de allí y me puse hasta el gorro. Fue la primera borrachera de mi vida”.
-¿Era para tanto?
“Es que yo pensaba en mi madre y me decía a mí mismo: Le fallé, le fallé… Y se me salían las lágrimas. Pero fue por aquello que me metí entre ceja y ceja el ser artista. Me lo juré a mí mismo y pensé que triunfaría y le regalaría un palacio a mi madre y un rancho con muchas vacas a mi padre…
Desde entonces, supe que sería cantante”.
-¿Y qué hiciste para crecer y ser?
“Comprendí que en Tijuana no sería posible avanzar; allí los horizontes eran estrechos. Le comuniqué a mis padres que me iba a Guadalajara en busca de nuevas posibilidades”.
-¿Qué te dijeron ellos?
“Los padres lo quieren a uno siempre cerca de ellos. Los míos, como todos hubieran querido que me quedara, pero me comprendieron y me dejaron ir”.
-¿Qué edad tenías ya?
“Dieciocho años”.
-¿Qué pasó en Guadalajara?
“Allí estaba mi tío Chacho, que tenía un restaurante típico. Llegué con él y me dio trabajo como cajero. Pero la verdad es que me aburría mucho detrás de la caja. Fue por eso que solicité a mi tía que me permitiera trabajar de mesero que era, según yo, más divertido. Además, estaban las propinas. Ya de mesero, preguntaba a los clientes si querían que cantara y me di cuenta que les gustaba como lo hacía y las propinas eran mayores. Un día, sin más, le dije a mi tío Chacho: Ya no quiero esto, me voy… Y me fui”.
-¿A dónde…?
“Pues, me fui al Canal 6 de TV en Guadalajara, donde había un programa que se llamaba “Buscando estrellas para la TV”.
-¿Y qué pasó?
“Fue muy curioso. Te lo cuento. La secretaria que tomaba los datos de los aficionados, me dijo: Venga usted dentro de tres meses, pues por ahora no hay cupo. Esto me heló la sangre. Pero mi reacción inmediata fue decirle: Imposible, señorita…Necesito cantar hoy mismo…Y le conté una historia: Que mi madre debía 200 pesos de arriendo y yo le había prometido que participaría en el concurso y ganaría. Conmoví profundamente a la secretaria y con gran generosidad me puso en la lista. Fue un milagro. Y lo recuerdo ahora como si hubiera sido ayer. Lo tengo más presente que mi última intervención en “Mala Noche… ¡No! con Verónica. Me acuerdo que a la hora de cantar me preguntaron: ¡Qué canción interpretará usted?
Y yo les dije: “Estoy a punto de llorar”. Así se llamaba la canción.
-¿Qué más pasó aquel milagroso día en Guadalajara?
“Bueno, yo me acompañaba con mi guitarrita. Y ahí, en vez de campana había un tipo vestido de diablo con un tridente y perseguía a los que cantaban mal. Recuerdo que el locutor me preguntó: Y no tienes miedo que el diablo te persiga con el tridente? A lo que le contesté: Si se me arrima le doy con la guitarra en la cabeza…Esto hizo que el público lanzara una gran carcajada. Desde antes de cantar, ya me lo había ganado. Y tener desde el principio su simpatía, es gran ganancia”.
-¿Y cómo estuvo la cosa?
“De milagro. Canté. Llegó el momento de los premios. Yo estaba rechinando los dientes de nervios. Vocearon el tercer lugar. No era yo. Vocearon el segundo. Y entonces me dije para mis adentros: Chente, ahora sí te llevó el diablo. El mundo se vino abajo. Un nudo en la garganta me impedía casi respirar. Y eso andaba, ya casi vendido y convencido de mi fracaso, cuando se voceó el primer lugar y oí gritar mi nombre. Nunca en mi vida había sentido tanta felicidad, ni nunca después he sentido algo igual. Lloré, reí…Estaba en otro mundo. Eso fue la gloria”.
-¿Y qué más hubo aquel día Chente?
“Pues, tras vocearme como triunfador, me entregaron cuatrocientos pesos de aquellos con los que yo me sentí el hombre más rico del planeta. Y me decía para mis adentros: Ahora sí, Chente, ahora sí no hay quien te pare. ¡Serás cantante!”
-¿Recuerdas el nombre del locutor?
“¡Cómo no! Ignacio Cárdenas Gálvez era uno de ellos, y ahora es mi compadre. El otro fue Rafael Saavedra Mercado, y no olvido al productor, Rafael García, ya fallecido, y que en paz descanse, pues fue él quien prácticamente me descubrió. Gracias a Rafael García, al que jamás olvidaré, dejé de ser aficionado. Entré en la TV tapatía como profesional. Pensaba en los 400 pesos del concurso e imaginé que como profesional ganaría por lo menos mil, pero recibí una gran sorpresa: Ganaras 37 pesos por programa, e hice ocho programas de “La calandria musical”, que fue extraordinario para mí, pues fui conocido en Guadalajara, y los horizontes se abrieron poco a poco. Y, de ahí para el real. Aquí me tienes…Aunque…”
        
 
 
FOTOGRAFÍA TOMADA POR: Fernando Emilio Saavedra Palma.
De la REVISTA “TEMAS” Fotocolor de TEMAS.
VICENTE FERNANDEZ
EL GRAN CANTANTE CHARRO DE HUENTITAN, JALISCO, MEXICO.
 
-¿Aunque…qué? Cuéntanos…
“Pues, que no hay éxito sin dolor. Que una alegría trae una tristeza. Recuerdo que fue también entonces cuando los médicos descubrieron que mi madre tenía cáncer en un pecho. Yo ganaba ya para entonces, mil pesos diarios. Todos fueron para la curación imposible de mi madre. Me iba al hospital donde le daban radiaciones de cobalto y la tenía que dejar para irme a cantar y pagar todo aquello…Fueron días muy amargos…”
-Cambiemos de tema Chente; ¿qué es la guitarra para ti?
“Un universo, todo un universo, como la mujer. Mira, la guitarra viene siendo el equivalente de una mujer en la soledad. Si la miras bien, verás que tiene busto, cintura, caderas…y, aparte de eso, se le pueden sacar unas notas y darle vida a una canción. Es una gran compañía en las noches de soledad…; es como el hombro de un viejo amigo, de un amigo fiel y verdadero, que cada vez hay menos en este mundo, sobre el que podemos llorar sin que corramos el riesgo de que revele a nadie nuestras debilidades. Sí, la guitarra es un Universo y en el universo cabe todo”.
-¿Y la mujer?
“Es lo más sagrado que existe;
Todos venimos del vientre de una mujer. Yo pienso que la mujer es tan fuerte, o más, que el hombre y, sin duda, mucho más valiente que éste. Este mundo está poblado gracias a la valentía femenina. Bendita sea la mujer, dadora de la vida, pues si los hombres pudiéramos tener hijos, solamente tendríamos el primero…; el segundo, ni maíz…pues nos faltaría el valor para ello”.
Y aquí dimos por terminada esta charla entrevista con el gran Chente Fernández que, con emoción, nos relató los inicios de su brillante carrera artística.
 

FOTOGRAFÍA TOMADA POR: Fernando Emilio Saavedra Palma.
De la REVISTA “TEMAS” PORTADA Vicente Fernández Fotocolor de TEMAS.
ORGULLO DE MEXICO VICENTE FERNANDEZ.
REVISTA “TEMAS” NUEVA YORK
PORTADA Vicente Fernández
Foto-color de TEMAS.
Mayo 30, 1989.
 Vicente Fernández Gómez (born February 17, 1940) is a Mexican singer, producer and actor. Known as Chente or El rey de la canción ranchera (The king of ranchera music) throughout the Latin world, Vicente Fernández, who started his career singing for tips on the street, has become a cultural icon, recording more than 50 albums and contributing to many movies. He is the father of the popular singer Alejandro Fernández and Vicente Fernandez Jr.
Although less well known to English-speaking audiences, he has consistently filled stadiums and venues throughout his 35-plus years of performing. His repertoire is pure ranchera, a style described by the Miami Herald as representing "the Mexico of old – a way of life romanticized by rural ranches, revolution, and philandering caballeros". He has sold over 65 million copies worldwide.[1]
 
 

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