viernes, 13 de julio de 2012

LA CALABAZA Del Poemario “Sonetos Vegetales”. Autor: Juan Cervera Sanchís.


ILUSTRACIÓN ELABORADA POR: Fernando Emilio Saavedra Palma.
LA CALABAZA
Del Poemario “Sonetos Vegetales”.
Autor: Juan Cervera Sanchís.

Cruda, jamás cocida, así te quiero,
calabaza, tan llena tú de vida,
por el sodio y el cloro enriquecida,
y admiración del sabio cocinero.


Con gusto yo en mi dieta te prefiero
pues tu orgánica agua en mi comida
alegra mi salud agradecida
como alegra mi mesa el fiel salero.

Que calabazas tú nunca me has dado
y sí estupendas calificaciones
pues eres tú dadora de alegría.

Que tú fosforo, siempre iluminado,
y tu hierro nutricio de altos dones
son sinónimos vivos de energía.

ILUSTRACIÓN ELABORADA POR: Fernando Emilio Saavedra Palma.
CALABAZAS



SONETO DEL POEMARIO “SONETOS VEGETALES”



FOTOGRAFÍA TOMADA DEL BUSCADOR DE Google.
es.wikipedia.org
El género Cucurbita, de la familia de las cucurbitáceas, comprende un grupo de especies cultivadas por sus frutos, sus flores y sus semillas comestibles, conocidas como ayotes (del Náhuatl ayotli), zapallos (sólo las especies comestibles), calabazas, calabacines, auyamas (República Dominicana o Colombia y Venezuela). La diversidad de los cultivares y la facilidad con que las especies de Cucurbita se hibridan lleva a mucha confusión acerca de su nomenclatura.
Existe suficiente evidencia arqueológica para considerar que las cucurbitáceas comenzaron a cultivarse por primera vez, de manera sistemática, en los estados de Puebla, Oaxaca y el Estado de México.[1] Su cultivo también se practicó en épocas prehispánicas en prácticamente toda Mesoamérica, en la trilogía milpera, junto con el maíz y el frijol. También se conoció y se cultivo en otras culturas americanas, como en el caso del Perú, donde se ha encontrado cerámica Mochica con representación del zapallo. Más tarde, a partir del siglo XVI, se llevó a Europa, Asia y África.
Los ejemplares suelen ser dioicos, no es raro que den flores sólo de un sexo. Las flores, de buen tamaño, están adaptadas a la polinización por abejas de los géneros Peponapis y Xenoglossa. Los frutos son el producto por el que se cultivan habitualmente: técnicamente son pepónides (un tipo de baya), y varían espectacularmente de tamaño entre especies, alcanzando varios kilogramos de peso en C. maxima, y de forma; los hay alargados, cilíndricos y esféricos, más o menos bulbosos, y de colores que van del amarillo pálido al verde intenso. La piel del fruto se endurece a medida que avanza la temporada; a su aparición a comienzos del verano es tierna y frágil, pero se endurece y engrosa.

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