viernes, 6 de julio de 2012

TINO CONTRERAS Sesenta y dos años de músico. Cuarenta años como jazzista… Entrevista por: Juan Cervera Sanchís.


ILUSTRACIÓN ELABORADA POR: Fernando Emilio Saavedra Palma.
TINO CONTRERAS
Entrevista por: Juan Cervera Sanchís

Sesenta y dos años de músico. Cuarenta años como jazzista…

            Tino Contreras, nacido el 3 de abril de 1929 en Chihuahua. Ante una humeante taza de café nos cuenta su vida:
            –Yo nací, como dice el dicho “con los tambores por dentro”. Dominaba el ritmo de Dix Land Blues, lo que se llama jazz tradicional. Recuerdo las melodías de ese tiempo: “Tea for two” y “San Luis Blues”. Me acuerdo mucho de mi padre Miguel Contreras, tocando su batería siempre rodeado de mujeres bellas, llevando el compás con los pies  y el ritmo con las manos. Había un número de jazz que me paraba los pelos de punta siempre que lo tocaba el trompetista Arturo Negrete, era “Dahina”. Esa melodía hizo que naciera en mí la inquietud de tocar la trompeta.
–¿Toda la familia de tino Contreras fue de músicos?
–Casi. Mi padre Miguel Contreras Rosales, a más de ser un extraordinario baterista, fue director de “Jazz Band Ok”. Mi abuelo Antonio Contreras, fue percusionista en la Sinfónica de Durango. Mi tío Fortino Contreras, del que heredé el nombre, fue compositor de suites y sinfonías y obras para piano. Entre ellas “Hortensia”. Murió muy joven, a los cuarenta y tres años. Fue muy amigo de Silvestre Revueltas. No músico, escultor, fue mi antepasado Jesús T. Contreras, el autor de “Malgré tout” y del monumento a Manuel Acuña que se encuentra en la ciudad de Saltillo. Soy descendiente de una familia donde hubo puros artistas. Aunque yo soy sastre de oficio.
–¡Ah, caramba!, no sabíamos eso Tino. Cuéntanos.
–Mi padre, aparte de músico, fue también sastre y me heredó su oficio. En aquellos tiempos no se podía vivir de la música. Había que saber muchas cosas para sobrevivir.
–¿Cómo te inicias en la música?
–Fue una ocurrencia de doña Leandra González Delgado. Mi hermano Efraín, quien tocaba la batería con “Los Cadetes”, una orquesta que él había formado, tenía el compromiso de tocar una noche, pero no aparecía por ninguna parte. Fue entonces que a mi madre se le ocurrió que yo tocara. No quedó otra que obedecer. Recuerdo que no tenía ropa, ni zapatos. Me puse los de mi hermano y debuté como baterista. Me gustó, pues al terminar me pagaron siete pesos de plata 0.720. Esto fue en “La Fortaleza”, en el Museo de Quinta Luz, dedicado a Luz Corral allá en Chihuahua. Ya nadie me ha podido parar.
–¿De ahí?
–De ahí me fui a Ciudad Juárez y pasé a Texas. Vivía en Juárez y trabajé en El Paso, de sastre durante el día. En la noche tocaba.
FOTOGRAFÍA TOMADA DEL BUSCADOR DE Google.
myspace.com
“LA CHIVA” entre sus CARNALES de Ciudad Juárez, al MUNDO mejor conocido cómo TÍN-TAN. 
 Así hasta que formé “La orquesta de Tino Contreras” y debutamos en la XED, donde conocí a Germán Valdez, entonces conocido como “La Chiva”. Lo de “Tin Tan” sería después. Posteriormente trabajaríamos juntos con María Victoria, “La Panchita” y otros artistas en la compañía de Paco Miller. Más tarde conocí a Héctor Hallal, arreglista de Luis Arcaraz. Fue así que llegué a la ciudad de México por los años de 1954. Entré en la XEW como baterista de la orquesta de Arcaraz.
–¡Hombre!, ¿Qué siguió?
–Hicimos giras por el Caribe y la Dominica. En 1959 traje por primera vez a México el merengue. Formé mi quinteto de jazz con Max Cooper, Alfonso Zúñiga, Cuco Valtierra y mi hermano Mario. Trabajamos un buen tiempo en el “Riguz”, un  lugarcito que estaba en Insurgentes, frente al Parque Hundido. Ahí nuestra clientela asidua estaba formada por Agustín Barrios Gómez, Guillermo Rosel, Miguel Alemán Velasco y otros amantes del jazz. Fue en el “Riguz” que di comienzo a mi carrera de jazzista. Con el quinteto viajamos por Europa y tuve el placer de tocar en Atenas y Estambul, así como en París y Madrid, entre otras ciudades del viejo mundo. Grabé discos en Madrid y París. Inolvidables tiempos aquellos.
–¿De vuelta a México?
–De vuelta a México tuve el honor, gracias a don Celestino Gorostiza, de presentar en el Palacio de Bellas Artes el jazz ballet. Algo extraordinario en mi carrera aquel “Orfeo en los tambores” que siempre recordaré.
–¿Tino es compositor?
–Siempre he compuesto, lo mismo suites que sinfonías, boleros, baladas y hasta la misa en jazz, que se estrenó en 1966 en el convento de los hermanos Josefinos y más tarde la tocamos en el Palacio de Bellas Artes y en la catedral del Cuernavaca, Morelos. Estoy orgulloso de mi sinfonía del “Quinto Sol” y de mi suite “Yumare”, inspirado en el ritual de los raramuris (tarahumaras) al Sol. Guardo un especial cariño a mi bolero “Aunque pasen mil años”, que se hizo popular en la voz de Toña la Negra. He escrito y escribo constantemente. La música es mi vida.
–¿Qué hay de un importante premio obtenido por Tino Contreras?
La The Nacional Academy of Televisión Arts and Science en el festival de Jazz de Nueva York me otorgó el “Emmy Award” que yo considero un triunfo del jazz mexicano.
–¿Cómo está celebrando Tino Contreras sus cuarenta años como jazzista?
–Trabajando. El trabajo es una gran celebración. Este diecinueve de mayo, me harán un homenaje en el Foro Cultural Coyoacanense “Hugo Argüelles”. Estamos proyectando una película sobre mi vida como jazzista. Erika Basurto, nieta de Luis G. Basurto, el autor de “Cada quien su vida”, que en paz descanse, escribe ya el guión de esa película. El 14 de agosto del año en marcha ya he sido invitado al Festival de Jazz que tendrá lugar en Copenhague, Dinamarca. Voy a grabar en España este año las “Aventuras de don Juan”, obra musical inspirada en un personaje español de Huelva, don Juan Carmino, excepcional guitarrista. Mi grabación de jazz con mariachi, con la colaboración de Jesús Rodríguez de Hijar es una realidad. Acabo de sacar mi curso para aprender batería, todo un sistema, en español e inglés. En fin, confirmo que estoy vivo y rindiendo culto a la música, que es mi vida. Podríamos estar hablando, no una, sino varias vidas de todo lo que he hecho, pero a Dios gracias, lo que me apasiona es lo que estoy haciendo y cuanto espero hacer.
–Pues larga, muy larga vida todavía, Tino, para que sigas rindiendo culto al jazz, con esa devoción tan tuya. Plena vida.
 –¡Dios te oiga!                                  

FOTOGRAFÍA TOMADA DEL BUSCADOR DE Google.
lastfm.es
EL GRAN BATERISTA
TINO CONTRERAS...


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